Gemma Baciero
Departamento de Comunicación Científica de Royal Canin
Imagen cedida por la empresa
Una nutrición adecuada es clave en el tratamiento de la ERC. Debe ofrecerse desde las etapas más tempranas, adaptándose a las preferencias de cada paciente y a las modificaciones del apetito que puedan surgir durante el curso de la enfermedad: pérdida de apetito, anorexia, aversión al alimento.
El manejo nutricional en la ERC felina presenta cuatro objetivos principales:
- 1 Mantener la condición corporal.
- 2 Mejorar la uremia.
- 3 Controlar el equilibrio electrolítico y ácido-básico.
- 4 Frenar la progresión de la enfermedad.
En los estadios IRIS 1 y 2 lo más importante es ralentizar la progresión de la enfermedad, mientras que en las fases 3 y 4 el interés radica en mejorar los signos clínicos y controlar los desequilibrios metabólicos que tienden a aparecer.
Por otro lado, se deben cubrir las necesidades energéticas para mantener una adecuada condición corporal, lo que se hace más difícil a medida que progresa la enfermedad.
Retrasar la progresión de la ERC
La medida nutricional más importante para frenar la progresión de la enfermedad renal es la restricción del aporte de fósforo. También son beneficiosos los suplementos de EPA y DHA, así como de antioxidantes.
Restricción de fósforo
Se ha demostrado que la restricción de fósforo en la dieta es clave para enlentecer la progresión de la enfermedad renal, al reducir los niveles de hormona paratiroidea plasmática (PTH) y prevenir lesiones renales (por ejemplo, la mineralización y la fibrosis).
La restricción de fósforo en la dieta se debe realizar en los primeros estadios de la enfermedad, ya que es frecuente que la PTH esté elevada.
EPA y DHA
El ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) son ácidos grasos omega-3 poliinsaturados de cadena larga. Una vez que se incorporan en las membranas celulares, compiten con el ácido araquidónico de la familia omega-6 para su degradación enzimática, lo que da lugar a una clase de eicosanoides de menor efecto inflamatorio y que favorecen la vasodilatación.
La mayoría de los estudios demuestran que el EPA y el DHA tienen un efecto beneficioso, ralentizando el deterioro de la función renal, y aunque estos estudios se han realizado en ratas y perros, no hay un motivo para pensar que esto no se pueda extrapolar al gato.
Antioxidantes
En un reciente estudio se demostró que, al igual que ocurre en personas, el estrés oxidativo está presente en gatos con ERC. Se cree que el daño oxidativo desempeña un papel importante en la progresión de la enfermedad renal favoreciendo la glomeruloesclerosis y la fibrosis intersticial. Los radicales libres pueden generarse por la hiperfiltración glomerular y por el hipermetabolismo tubular como consecuencia de la pérdida de nefronas funcionales, de ahí que las dietas renales se suplementen con antioxidantes.
Mejorar los signos de la ERC
Adaptar los niveles de determinados nutrientes (proteínas, sodio y potasio) puede ayudar a mejorar los signos clínicos.
Proteína
Cuando el aporte de proteínas supera en gran parte las necesidades mínimas, se genera una mayor cantidad de productos de desecho de nitrógeno que se acumulan en los fluidos corporales cuando la capacidad de excreción renal se ve disminuida. Sin embargo, se ha establecido que limitar el consumo de proteínas mejora algunos de los signos clínicos relacionados con la uremia. Por eso las dietas renales ofrecen un aporte de proteína adaptado y de alta digestibilidad para reducir la producción de productos nitrogenados de desecho y reducir los niveles de urea en sangre, ayudando de esta forma a reducir los signos. En cualquier caso el aporte de proteína debe cubrir las necesidades mínimas.
La calidad de la proteína (perfil de aminoácidos esenciales y digestibilidad) también es importante para evitar deficiencias en aminoácidos esenciales o cargas de nitrógeno innecesarias.
Sodio
El consenso actual es evitar las dietas con niveles tanto muy altos como muy bajos de sodio.
La transición a una dieta renal (por lo general, ligeramente restringida en sodio) en pacientes con ERC avanzada debe ser progresiva, ya que su capacidad de ajustar la excreción de sodio como respuesta al nivel ingerido, está reducida.
Potasio
Los gatos con ERC pueden sufrir hipopotasemia y una grave falta de potasio como resultado de un menor consumo y una mayor pérdida por el aumento de la diuresis.
La suplementación con potasio garantiza la prevención de signos propios de la deficiencia de potasio (por ejemplo, debilidad muscular generalizada). Como regla general, se debe realizar un seguimiento regular del potasio sérico en todos los pacientes con ERC con el fin de ajustar adecuadamente la prescripción dietética. Diferentes dietas renales comerciales pueden tener distintos niveles de potasio.
Los fármacos que pueden influir en la excreción de potasio también se deben tener en cuenta. Por ejemplo, los IECA pueden dar lugar a retención de potasio.
Equilibrio ácido-básico
Los riñones desempeñan un papel importante en el mantenimiento del pH sanguíneo, en particular a través de la reabsorción neta de bicarbonato y la excreción de iones hidrógeno. Por lo tanto, la acidosis metabólica es frecuente en la ERC, por lo general en los estadios finales. Esto da lugar a un mayor catabolismo de las proteínas del músculo esquelético, altera el metabolismo intracelular y favorece la resorción ósea a largo plazo.
Con el fin de corregir o prevenir la acidosis metabólica se recomienda asegurar el aporte de agentes alcalinizantes en la dieta, como bicarbonato, carbonato o citrato.
Cubrir necesidades energéticas
La pérdida de peso en gatos con ERC se debe al insuficiente consumo de calorías, cuyo origen es multifactorial: náuseas por la acumulación de productos de desecho nitrogenados, anemia, deshidratación, trastornos electrolíticos y ácido-básicos, úlceras de la mucosa oral y gastrointestinal (en etapas avanzadas de la enfermedad), posible alteración del sentido del olfato y menor palatabilidad de las dietas bajas en proteínas y fósforo.
El objetivo es proporcionar las calorías suficientes para que el gato alcance y mantenga una condición corporal óptima (puntuación corporal de 5/9).
Es necesario aportar suficiente energía para prevenir el catabolismo proteico endógeno que provoca malnutrición y exacerbación de la azotemia.
Elevar el contenido de grasa, que aporta aproximadamente el doble de energía por gramo que los carbohidratos, aumenta la densidad energética de la dieta, lo que permite que el paciente obtenga sus requerimientos nutricionales de un volumen de alimento menor, que a su vez reduce la posibilidad de náuseas y vómitos.
Por otro lado, hay que recordar que muchos pacientes sufren falta de apetito, anorexia e incluso aversión. Además de un elevado contenido energético, la palatabilidad es un factor muy importante en la alimentación. Contar con distintos perfiles nutricionales y texturas diferentes supone tener más probabilidades de ofrecer al paciente una dieta que le resulte atractiva.